miércoles, 18 de abril de 2012

Dormir poco o casi nada puede producir diabetes.

Por Lauran Neergaard. A.P.Washington. Las personas que duermen menos de cinco horas cada noche tiene un creciente riesgo de desarrollar diabetes del Tipo 2, el tipo que suele afectar más tarde en la vida.

La rotación de turnos de trabajo, tres o más turnos de noche al mes intercalados con el día o al anochecer, provoca riesgos también, dice un reporte reciente preparado por investigadores que analizaron años de historiales médicos del amplio Estudio de Salud de Enfermería.

La dieta y la actividad física son factores importantes en la diabetes de Tipo 2. Con toda certeza es muy difícil elegir entre una manzana y una golosina cuando uno está cansado, especialmente a las 3 de la mañana cuando tu reloj biológico sabe que deberías estar durmiendo.

Sin embargo un estudio publicado la semana pasada demuestra que el sueño desempeña una función más compleja que esa. Al reducirse el dormir y perturbar el ritmo biológico normal, el organismo sufre cambios físicos de manera que puede sentar el escenario para la diabetes, reporta el neurocientífico Orfeu Buxton, del Hospital Brigham y de Mujeres, de Boston.

Su e
quipo cuenta con 21 voluntarios saludables que pasaron casi seis semanas viviendo en un laboratorio donde su dieta, actividad física, sueño e incluso la luz estaba estrictamente controlada.

Los voluntarios comenzaron descansando bien.



Pero durante tres de esas semanas, sólo se les permitió dormir unas cinco horas y media de cada 24 horas, variando las horas del día o la noche, imitando una mala rotación de turnos o un vuelo prolongado de cambio de hora.


Eso perturbó el ritmo de su cuerpo conocido como el "ritmo circadiano", un reloj biológico maestro que regula patrones tales como el momento en que uno tiene sueño y cómo la temperatura del cuerpo sube y baja.
Lo que sucedió fue sorprendente: el nivel de azúcar de la sangre aumentó después de las comidas, algunas veces a niveles prediabéticos, debido a que el páncreas dejó de segregar suficiente insulina
, informó Buxton en la revista Science Translational Medicine.

Al mismo tiempo, el ritmo metabólico de los voluntarios se redujo en un 8%. Los investigadores los sometieron a dieta a fin de que no ganaran peso, pero  típicamente un descenso metabólico de ese tipo puede significar ganar de 4,54 kilogramos a 5,44 kilogramos durante un año.

Los resultados tienen sentido, señaló el doctor Michael Thorpy, director del centro del sueño del Centro Médico Montefiore de Nueva York y catedrático de neurología en la Escuela de Medicina Albert Einstein.

"Si vamos a pasar un tercio de nuestra día durmiendo, tiene que haber una buena razón para ello", comentó Thorpy, quien señala que la diabetes no es el único mal que debe preocuparnos.

Se calcula que más de millones de personas padecen de problemas crónicos para dormir, desde insomnio hasta apnea del sueño. La falta de sueño ha sido relacionada a la presión alta, males cardíacos, obesidad, depresión, falta de memoria y un débil sistema inmunológico.



Aún existe otra preocupación: la Organización Mundial de la Salud ha clasificado el turno laboral de medianoche como un probable carcinógeno, porque demasiada luz de noche puede trabar una hormona que participa tanto en el sueño como en la supresión de células de tumores.

   No es que la gente se acostumbre al turno de noche si se quedan en éste suficiente tiempo.



   Buxton dice que probablemente la rotación de turnos es lo más preocupante. En su estudio, los organismos de los voluntarios volvieron a la normalidad después de nueve noches de dormir lo suficiente a la hora debida. Nadie sabe por cuánto tiempo necesitan presentarse la falta de sueño y la alteración del reloj biológico para que puedan causar daño permanente.

Thorpy, de Montefiore, dijo que los noctámbulos naturales parecen adaptarse mejor a los turnos nocturnos, pero esas personas nunca se adaptan perfectamente si regresan a horarios diurnos en sus días de descanso.

Asimismo, 30% de las personas que trabajan en la noche de manera regular tienen problemas para dormir en sus descansos o sufren particularmente de fatiga, señaló el experto, quien dijo que esta situación tiene el nombre de "desorden por los turnos de trabajo".

Recomendaciones

— Los adultos necesitan dormir entre siete y nueve horas diarias para tener una buena salud.


 Si trabaja en la noche, vaya directo a la cama cuando regrese a casa.



Evite demasiada luz en el camino.


La utilización de anteojos amarillos o naranja durante la conducción puede bloquear la "luz azul" de onda corta que estimula a las personas a mantenerse despiertas.

 Permita que la luz natural le mantenga a tiempo su reloj biológico para el sueño.

La luz matutina del Sol es crucial para la mayoría de las personas.


Para las personas que trabajan por la noche, un aumento en la luz brillante al atardecer antes del anochecer les modificará el reloj interno.

 Para cualquiera, una habitaci'on
debe tener color oscuro, sin ruido y estar fresca para que invite al sueño.


Evite la cafeína, el alcohol y situaciones de tensión emocional cerca de la hora de dormir.


No encienda aparatos electrónicos.


Es muy útil acostarse y levantarse a la misma hora todos los días.

Nota del editor: Lauran Neergaard cubre asuntos de salud y medicina para The Associated Press en Washington.

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