viernes, 8 de marzo de 2013

Ex director de la OMS y la revolución de la longevidad: "La vejez comienza a los 80 años, no a los 65"..

Ex director de la OMS y la revolución de la longevidad: "La vejez comienza a los 80 años, no a los 65".

Una nueva etapa se está registrando entre los adultos mayores. Se trata de la "gerontolescencia", transición entre la adultez y la vejez, que dura alrededor de 30 años, y que retrasa la partida de la tercera edad, permitiendo que se den las condiciones para una jubilación gradual, según el médico brasileño Alexandre Kalache, experto en envejecimiento.

Cuando cumplió 62 años, la Organización Mundial de la Salud obligó a Alexandre Kalache a retirarse de su cargo de director de envejecimiento de la institución.

 Pero el médico brasileño tenía la salud y las ganas necesarias para seguir trabajando. Ahora, con 67 años, el jubilado rebelde viaja por el mundo como presidente del Centro Internacional de Envejecimiento, con sede en Brasil. Este cargo lo trajo a Chile a comienzos de enero para colaborar con las municipalidades de Providencia y Lo Prado en la mejora de las condiciones de vida de la población de la tercera edad. Grupo etario que actualmente supera los 70 años de vida y que, a diferencia de lo que se piensa, "no empieza a los 60, sino mucho después", precisa.

-¿Qué es lo que Ud. llama la "revolución de la longevidad"?
 
-Significa que no hay que añadir 30 años más al promedio de vida de vejez, sino que hay que añadir 30 años de vida en general. Esto tiene un impacto retroactivo en todas las etapas de la vida. Hay que pensar qué repercusiones tiene planear vivir hasta los 80 y 90 años, y no hasta los 60 años, como era en el pasado. La expectativa de vida se está extendiendo cada vez más, lo cual tiene una repercusión muy importante para los individuos y para la sociedad.

-Usted habla de una nueva etapa de la vida como consecuencia de esta revolución, llamada la "gerontolescencia". ¿Cómo explicaría este concepto?
 
-Si bien en el pasado identificamos la transición de la adolescencia -es decir, el paso de la niñez a la adultez-, ahora estamos creando otra transición: La "gerontolescencia". La diferencia entre ambas es que la adolescencia dura dos a cinco años y la "gerontolescencia" durará 20 o 30 años. 

De hecho, yo no puedo definir la duración con precisión, pero si antes la gente llegaba a la vejez a los 60 o 65 años con un bajo grado de conocimiento y un mal estado general de salud, ahora se extiende este período y se llega a la verdadera tercera edad a los 80 años, por lo menos. Esa etapa entre la adultez y la vejez es la que yo llamo la "gerontolescencia".

-¿Usted se define como un "gerontolescente?
 
- Sí, por cierto, porque tengo muy claro que ya no soy más el adulto joven que era cuando tenía 47 años. Hoy tengo 67 años, soy "gerontolescente" y a los 87 años seré, sin duda, una persona mayor.
"No queremos entrar a la vejez abruptamente"

-¿Y qué significa esta extensión o ampliación del período de vida útil de los seres humanos para el mundo?
 
-Hay una rebelión ahora de parte de los integrantes de mi generación. No queremos entrar a la vejez abruptamente . Quizás gran parte de la población que llegue a los 60 o a los 65 años, no quiera seguir trabajando 40 o 45 horas semanales. Pasará a trabajar 35 horas y, después de dos o tres años, pasará a 30 horas o menos. La jubilación gradual abre otras oportunidades de empleo porque las personas pueden seguir pagando impuestos, generando riquezas para sus países y al mismo tiempo mantenerse activas y productivas..

-Queda claro, entonces, que los 65 años no es la edad indicada para jubilarse.
 
-La idea de esta jubilación a los 60 o 65 años, como promedio, fue algo propuesto por el Canciller ( Otto) von Bismarck en 1881. Ahí empieza la seguridad social en Alemania. Para él, establecer la jubilación a los 60 años era muy fácil porque las pensiones eran muy bajas y las personas sólo iban a vivir unos dos o tres años más. 

Pero ahora, pasados los 60 años, se vive con mucha más energía, con mucha más vitalidad y la mayoría de las enfermedades crónicas se pueden controlar.

Nosotros no podemos mantener políticas adecuadas para el siglo XIX, como si fueran apropiadas para el siglo XXI. Se necesita una reforma, pero uno puede ver el precio político que esto supone, porque la sociedad aún no se ha percatado de que vivimos con un sistema de pensión anacrónico. Pero tampoco es llegar donde una persona que tiene 60 o 65 años y decirle que tienes novedades y que va tener que trabajar tres años más.

A su juicio no se puede hacer como el ex Presidente francés NicolásSarkozy y decir de súbito que se va a aumentar en tres o cinco años más el plazo para jubilar. Se debe preparar a la sociedad para que cualquiera pueda llegar a la tercera edad y sentir que es un placer seguir trabajando. Que se tenga la capacidad de continuar con otros desafíos y no repetir la misma función aburrida y repetitiva que uno ha hecho por los últimos 30 a 40 años. "Esto es una revolución, porque esta nueva longevidad tiene un impacto en todas las etapas de vida anteriores", puntualiza.
Fuente: La Segunda Online. 



etapas de vida anteriores", puntualiza.

1 comentario:

lillymarmat dijo...

¡Discrepo con la OMS! La vejez empieza a los noventa y cinco.
Conozco a un señor de ochenta y ocho, que trabaja de trapecista en un circo y está de novio para casarse en Abril.
¡Estan invitados a la fiesta!
Solo los mayores de ochenta. No queremos cabros chicos que vayan a revolverla. ¡Está claro!